La mujer y el calor. Kepa Lizarraga, médico de la BMF-FVM
Artículo escrito por Kepa Lizarraga, médico de la Federación Vizcaína de Montaña.
¿Sabéis que, en general, las mujeres tenéis más riesgo que los hombres de sufrir problemas por exceso de calor al hacer ejercicio?
Uno de los motivos es que frente al calor recurrís más que nosotros a una defensa vascular: enviar más sangre a la superficie corporal para que se enfríe mediante el mecanismo de radiación. Por eso es frecuente que la cara se ponga roja, por ejemplo.
Cuando ese mecanismo de regulación térmica deja de ser suficiente, comenzáis a sudar.
Los seres humanos tenemos unas 600 glándulas sudoríparas en cada centímetro cuadrado de nuestra piel, y vosotras tenéis algunas más que nosotros. Pero se ha visto que las vuestras empiezan a producir sudor más tarde, a más temperatura, que las de los hombres.
Eso pudiera ser un mecanismo natural para reducir el riesgo de deshidratación, puesto que, en porcentaje, el cuerpo de una mujer suele contener menos agua que el de un hombre.
También hay diferencias en cuanto al reparto de la sudoración en función del sexo: en mujeres es mayor en manos, brazos y pies, mientras en los hombres predomina en el torso.
Las glándulas sudoríparas también envejecen y pierden capacidad, por lo que con la edad tenemos más riesgo de sufrir ese tipo de problemas.
Una forma de mejorar la tolerancia al calor es el entrenamiento físico.
Las mujeres que lo hacen de forma habitual disminuyen el umbral de temperatura para sudar. Es decir: comienzan a transpirar antes que las sedentarias, y se adaptan mejor al calor.
Así que ya sabéis: ¡a moverse! ¡Nos vemos en la montaña!