Ciclo menstrual y adaptación a la altitud. Kepa Lizarraga médico de la BMF-FVM

Edurne Pasabán la primera mujer en completar los 14 ochomiles entre mayo de 2001 y mayo de 2010

Artículo escrito por Kepa Lizarraga, médico de la BMF-FVM

El año pasado se publicó un buen estudio sobre la influencia del ciclo menstrual, del uso de anticonceptivos orales, de los tratamientos hormonales compensatorios y de la menopausia, en la respuesta a la hipoxia.

Para entendernos, diré que el término hipoxia se refiere a respirar un aire con menor cantidad de oxígeno que el que tenemos a nivel del mar, cosa que ocurre a medida que ascendemos altas montañas.

Conozco personalmente al autor principal del trabajo, Jean-Paul Richalet, y sé que es un investigador concienzudo, minucioso.
Hasta el punto de haber analizado más de 1000 mujeres para llegar a sus conclusiones, que coinciden con las de la UIAA.

Según ellas, cuando las mujeres respiráis en la atmósfera de las altas montañas, ventiláis más litros de aire para el mismo esfuerzo durante la fase luteínica, posterior a la ovulación, que en la fase folicular, durante y poco después del sangrado menstrual.

Sin embargo, ese cambio del comportamiento de la respiración, debido al aumento de la hormona progesterona, no influye en vuestra capacidad para aclimataros a la altura.

Comparando las respuestas respiratorias a la altitud entre mujeres en edad fértil, con y sin tratamiento de anticonceptivos orales, y mujeres menopaúsicas, con y sin tratamiento hormonal compensatorio, tampoco se aprecian cambios en la adaptación a la alta montaña. Por el contrario, sí se apreciaron diferencias en cuanto al comportamiento del ritmo cardiaco durante el esfuerzo en hipoxia.

De hecho, las mujeres menopaúsicas presentaban menor frecuencia cardiaca que las fértiles, pero el motivo no parece ser el cambio hormonal, sino la mayor edad de aquellas.

Por lo tanto, las mujeres mantenéis un nivel similar de posibilidades de adaptaros a la altitud al margen de vuestra situación en el ciclo menstrual y de estar en una edad fértil o haberla superado.